
Eran rojo pasión, como mi desgastado corazón. Me hacía sentir mujer, que podía escalar la Torre Eiffel, enderezar la torre de Pisa.
Y pasé de largo el escaparate, y vi unas convers desgastadas y mal cuidadas. Sentí que con ellas tendría miedos, no llevaría un paso fuerte, siempre estaría mirando atrás y zancadas no sería capaz de dar. No me hacía sentir mujer, sino una indefensa adolescente.. Pero me sentí yo, con miedos y dudas, pero con la esperanza de pintar de miles de colores la Torre eiffel, de doblar aún más la torre de pisa.
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